Dejame que te cuente el mundo que mis ojos ven!!!!
Cada vez más a menudo aperecen casos que nos sorprenden y nos abren los ojos frente a una realidad abismante y oculta.

La
zoofilia (del
griego zoon, "animal", y
philia, "afinidad") o
bestialismo es una
parafilia que consiste en la
atracción sexual de un
humano hacia un
animal no humano. Las personas que sienten esta afinidad o atracción sexual son conocidas como
zoófilos o
zoofílicos.
Para mayor claridad, en este artículo se utilizará el término
zoofilia para la atracción sexual, y el término
bestialismo
para el acto sexual. Las dos tendencias son independientes: no todos
los actos sexuales con animales implican a zoófilos, ni todos los
zoófilos practican el sexo con animales.
La zoofilia es considerada en muchas ocasiones como antinatural, y el acto sexual con animales como un
abuso de éstos o como un "crimen contra la naturaleza". Algunas personas, por ejemplo el filósofo y autor
Peter Singer
(involucrado en movimientos por los derechos de los animales),
defienden que esto no es así. Aunque la investigación de la zoofilia se
muestra optimista y apoya a los zoófilos en su mayor parte, la cultura
general se muestra hostil al concepto de la sexualidad animal-humana.
La actividad o el deseo sexual zoófilo no es considerado como patología por el
DSM-IV (TR) (cuarto manual diagnóstico y estadístico de la
American Psychiatric Association,
asociación estadounidense de psiquiatría), a no ser que vaya acompañado
de angustia o que interfiera en el funcionamiento normal de la persona
en cuestión. Críticos alegan que dichos comentarios en el DSM-IV no
dicen nada sobre la salud mental y física del animal que tome parte en
actos sexuales con personas; sin embargo, defensores de este tratado
sostienen que la relación entre un humano y un animal puede ir más allá
del mero acto sexual, que los animales son capaces de formar una
relación amorosa duradera con otro animal o con un humano, y que tal
relación no es funcionalmente diferente de ninguna otra relación sexual o
amorosa.
Terminología
El término "zoofilia" fue introducido por primera vez en el estudio de la
sexualidad por
Krafft-Ebing (1894). Los términos
zoosexualidad y
zoosexual
se utilizan desde 1980 aproximadamente, en correlación con las
orientaciones sexuales homosexualidad y heterosexualidad. Personas con
una fuerte afinidad por los animales, pero sin un interés sexual por
ellos, pueden ser consideradas como zoófilos sin deseo sexual, aunque en
muchos casos puede que no estén de acuerdo en ser llamados así.
El ambiguo término
sodomía ha sido empleado en algunas ocasiones en un contexto legal para referirse a actos bestialistas. En
pornografía, aquel material con prácticas sexuales entre humanos y animales lleva el nombre de
zoofilia o
bestialismo, nombre extraído de dichas tendencias.

Entre la comunidad zoófila, el término "
bestialismo"
ha adquirido una connotación negativa, dando a entender un impetuoso
deseo sexual sin interés por los derechos de los animales. Esto ha
llevado a algunos zoófilos a querer distinguir entre la zoofilia (una
entera relación de mutuo amor) y el simple acto sexual o bestialismo.
Otros se definen a sí mismos como zoófilos y como bestialistas.
Frecuencia de tendencias zoofílicas
No
se sabe con exactitud la frecuencia con la que ocurren sentimientos de
atracción sexual hacia animales; primero, debido a que sentimientos de
este tipo, sin un comportamiento externo, no pueden ser registrados con
facilidad; segundo, a causa de la imprecisa diferencia entre un
comportamiento zoófilo y uno de cariño corriente hacia la mascota; y
tercero, a consecuencia también de la contención por parte de muchas
personas de ligeros sentimientos zoófilos. Por ello, la mayoría de las
investigaciones se centran más en las características propias de la
zoofilia, y no en cuantificar los casos en los que ocurre.

Encuestas
científicas y otras informales estiman que un 1-2% o incluso hasta un
8-10% de la población sexualmente activa ha tenido alguna experiencia
sexual destacable con un animal alguna vez en su vida. Un mayor número
de personas (entre un 10% y un 30%, dependiendo de la zona) han tenido
alguna fantasía sexual o experiencia corta de este tipo. El porcentaje
sube hasta un 50% al preguntar a jóvenes de zonas rurales cercanos a
granjas. Sin embargo, estas cifras son dudosas. Como anécdota,
My Secret Garden
(1973), libro de sexualidad femenina de la autora Nancy Friday,
contiene la contribución de unas 180 mujeres; de éstas, un 10% afirmaron
tener un serio interés o una participación activa en la zoofilia.
Gente que no desea tener experiencias bestialistas en la vida real a veces tienen
fantasías sexuales
sobre actos de este tipo, por simple curiosidad o imaginación. Las
tendencias zoófilas latentes pueden ser comunes; un frecuente interés y
excitación sexual en ver a animales
copulando es una prueba de ello según Massen (1994).
Estatus legal
Europa y Júpiter transformado en toro
Los
actos de bestialismo son considerados ilegales en muchas legislaciones,
mientras que en otras no se hace referencia directa al bestialismo
(únicamente se remarca como delito el abuso de animales). En muchos
países las leyes no estipulan si las relaciones sexuales con animales
son implícitamente abusivas o un maltrato. Ello provoca que el
bestialismo no esté claramente contemplado en sus legislaciones.
- Casi la mitad de los Estados Unidos condenan explícitamente el acto sexual con animales (a veces bajo el nombre de "sodomía").
Seis estados adoptaron recientemente una nueva legislación en contra:
Oregon, Maine, Iowa, Illinois, Indiana y Missouri. Una equivocación que
floreció en muchos estados fue la creencia de que al rechazar las cortes
leyes que prohibían la "sodomía" (generalmente en el contexto de
homosexualidad masculina), el bestialismo no volvería a ser ilegal. Sin
embargo, la convicción de un hombre en Florida demostró que, incluso en
estados sin leyes específicas en contra del bestialismo, se puede
recurrir a estatutos en contra del maltrato de animales para condenarla (véase el caso de Randol Mitchell).
- En Australia
las leyes de abuso general a animales están incluidas en la legislación
nacional, a excepción del territorio perteneciente a la capital de Australia y al de la bahía de Jervis, donde el sexo con animales está especificado como ilegal.
- En Alemania, el sexo con animales no es ilegal explícitamente. Sin embargo, el material pornográfico que lo contenga, sí §184a StGB. La República Federal de Alemania tenía una ley que lo prohibía, pero fue suprimida en 1969
(Paragraph 175). La Alemania oriental, antes de la reunificación de las
dos Alemanias, no poseía ninguna ley en contra del bestialismo; de
todas formas, la pornografía bestialista estaba restringida fuertemente.
Hubo leyes a favor de la protección de animales ("Tierschutzgesetz").
- En el Reino Unido la sección 69
del Acta de Ofensas Sexuales de 2003 prohíbe el bestialismo, reduciendo
la sentencia a un máximo de 2 años en prisión por penetración del pene
humano en animales y viceversa.
- En Canadá
el bestialismo está prohibido (la sección 160 de su legislación lo
prohíbe; nótese que no concreta más, por tanto el tema no queda del todo
claro).
- En algunos países han existido durante la historia leyes prohibiendo a humanos varones vivir con animales hembra. Por ejemplo, en Perú una antigua ley prohibía tener llamas a solteros varones.
- En los Países Bajos, en el año 2004, periódicos del país informaron acerca de la preocupación de un legislador de que un hombre
que había sido pillado fornicando con el caballo de un vecino no
pudiera ser perseguido por no haber ninguna ley que prohibiera esto. El
caballo no presentó ningún daño visible.
- En España
no hay ninguna ley que prohíba explícitamente las prácticas sexuales
con animales, ni casos jurídicos registrados en los que se condenen. Sí
hay, no obstante, leyes poco elaboradas en contra del maltrato animal.
Zoofílicos
Muchacha con un ciervo. Pintura de Franz von Bayros.
La zoofilia como forma de vida

En
contraposición con aquellos que sólo buscan pornografía o sienten
curiosidad por la zoofilia, están aquellos que la consideran una forma
de vida u orientación sexual. La edad en la que ocurre esto según
estadísticas es generalmente a los 9-11 años, durante la pubertad.
Aquellos que despiertan un gran interés por la zoofilia a edades menos
tempranas normalmente se remiten también a la pubertad o antes.
Los
zoófilos tienden a ver menos diferencias entre los animales y los
humanos que el resto de la gente, e incluso en muchas ocasiones ven en
los animales algunas virtudes de las cuales los humanos carecen (por
ejemplo, honestidad). Tienden a pensar que la sociedad humana no
comprende el bestialismo y que está mal informada sobre ella. Aunque
algunos se sienten culpables por sentir atracción sexual hacia los
animales, otros no se ven influenciados en su vida privada por morales
ajenas.
La mayor dificultad que encuentran muchos zoófilos es la
incapacidad de poder hablar libremente con amigos, familiares o
conocidos sobre sus relaciones con animales, y el miedo a ser
rechazados, agredidos, o a que hagan daño a sus compañeros sentimentales
si se llegara a saber su condición. Otros problemas comunes son extrema
soledad (por la imposibilidad de dar a conocer su condición o por creer
que son los únicos), y las repetidas muertes de los animales a quienes
consideran compañeros del alma (debido a que la mayoría de los animales
tienen un periodo de vida menor que el de un humano, y a que no pueden
expresar sus sentimientos de pérdida con nadie). Los zoofílicos no citan
a creencias religiosas como mayor preocupación, quizá porque, aunque
muchas religiones condenan la zoofilia, ésta no es un tema del que se
hable con frecuencia.

Las relaciones sexuales zoófilas varían
según la persona o el momento, y pueden estar basadas en relaciones
similares a las parejas entre humanos (en particular, parejas
monógamas), en relaciones amorosas entre animales (ambos participantes
hacen sus elecciones en cuanto a pareja sexual se refiere, y el humano
permanece como protector), y en variaciones de las mismas.
Los
zoófilos pueden tener o no tener pareja humana o familia. Algunos
zoófilos sienten atracción hacia los animales como segunda opción,
después de la atracción hacia humanos. Otros zoófilos sienten lo
contrario. En algunos casos la familia y los amigos son conscientes de
las relaciones que mantiene un zoófilo; en otros casos, no. Esto puede
llevar a sentimientos de culpa (es decir, el zoófilo no consigue decidir
a cuál de sus múltiples relaciones será fiel) o celos entre los amantes
humanos. A veces los zoófilos inician relaciones humanas para evitar
sospechas sobre su orientación, o a causa de querer cumplir expectativas
más tradicionales. Otros eligen formar relaciones menos serias con
otras personas (como compañeros de piso o relaciones con otros zoófilos)
o vivir solos.
La zoofilia no bestialista

Aunque
el término zoofilia se asocia regularmente con el interés sexual por
los animales, éste no implica deseo sexual en todos los casos. En
psicología y sociología en ocasiones se utiliza la palabra "zoofilia" en
un sentido no sexual. Varias otras definiciones del término aparte de
la dicha anteriormente son:
- "Afinidad o afección por los animales."
- "Atracción erótica hacia los animales o contacto sexual con éstos."
- "Atracción hacia los animales o afinidad por éstos."
- "Fijación erótica en los animales que puede llevar a la excitación sexual por el contacto real o imaginario con éstos."
La
característica común de los diferentes casos y definiciones de la
zoofilia es alguna forma de enlace afectivo fuera de lo común con los
animales; emocional, sexual o ambas cosas. La zoofilia no bestialista o
amor (no sexual) por los animales es normalmente tolerada y aceptada por
la sociedad. Son ejemplos de zoofilia no bestialista la página
w3.in-memory-of-pets.com (en inglés) y otras parecidas.
Los zoófilos en relación a otros grupos
A los zoófilos muchas veces se les confunde con los "
furries"
en sociedades donde dicha subcultura existe. Los furries son gente con
un interés por el arte antropomórfico animal. Sería falso afirmar que
todos los furries sienten deseo sexual por los animales. Muchos furries
aprecian la compañía de animales y gustan de poseer arte erótico
animal-antropomórfico. Sin embargo, la mayoría no desean extender su
interés por los animales hacia el campo de la sexualidad. Existe, no
obstante, un reducido grupo de furries que también se consideran
zoófilos, que se estima en un 5% del total (porcentaje similar al de la
población zoófila entre el resto de la gente). Formas de fetichismo,
tales como llevar disfraces de animales u otras tendencias, no suelen
tener relación directa con la zoofilia.

La zoofilia no está
relacionada con la caracterización animal de juegos y fantasías
sexuales, donde una persona toma el rol de perro, caballo u otro animal
mientras el compañero actúa de jinete, entrenador, criador o montador.
Estas actividades son juegos de rol sexuales y no tienen conexión
implícita ni están asociados con la zoofilia. En vez de con la zoofilia,
normalmente se asocian con prácticas sexuales de dominación y sumisión,
como en el sadomasoquismo. La actividad bestialista no pertenece a este
grupo de actividades, normalmente sería considerada como actividad
extremadamente extravagante en caso de que los participantes de este
tipo de prácticas sumisivas llegaran a ponerla en práctica.
Perspectivas de la zoofilia
Perspectivas psicológicas y de investigación
El
DSM-III-R (APA, 1987) afirmaba que el contacto sexual con animales casi
nunca es un problema en sí mismo (Cerrone, 1991), y por esa razón este
tratado (y también el que habría de venir a continuación, el DSM-IV;
APA, 1994) lo sitúa bajo la clasificación de "parafilia no
especificada".

Los primeros estudios detallados que incluían la
zoofilia datan de 1910, mientras que los primeros en tener la zoofilia
como tema principal son de alrededor de 1960. Todos los estudios
significativos sobre el tema, desde Masters (1962) hasta Wienberg
(2003), tienen unos principios y unas conclusiones comunes:
- El
aspecto principal a estudiar son los sentimientos, las relaciones y las
causas de todo ello, no únicamente el acto sexual aislado o el deseo
impulsivo. (Masters, Miletski, Beetz)
- La mayoría de los zoófilos tienen relaciones humanas. (Masters, Beezt)
- La sociedad en general está mal informada sobre la zoofilia. (Masters, Miletski, Weinberg, Beetz)
- Los
sentimientos y el cariño de los zoófilos por los animales pueden ser
auténticos y, dentro de las capacidades del animal, recíprocos.
(Masters, Miletski, Weinberg, Beetz)
- Al contrario de lo que
piensa la gente, hay un cierto interés por la zoofilia "latente" en la
sociedad, en forma de fantasías, cópula entre mascotas, o de forma real y
consciente. (Nancy Friday, Massen, Masters)
- La zoofilia y el zoosadismo no son lo mismo y están diferenciados claramente en cada uno de los estudios.
- Masters
(1962), Miletski (1999) y Weinberg (2003) afirman que se está haciendo
un daño social significativo al pensar que la zoofilia implica
zoosadismo: "Esto destruye la vida de muchos ciudadanos."
En
ocasiones se han hecho estudios relacionados con la cantidad de
bestialismo o zoosadismo existente entre criminales y gente con
problemas psicológicos graves. Estos estudios no son profesionalmente
aceptados como válidos en la investigación de la zoofilia, ya que sus
resultados están condicionados por la preselección de personas a quienes
se entrevista. Esta forma de enfocar el tema, usada en estudios
antiguos con la intención de demostrar que la zoofilia es una patología,
se considera no representativa y desacreditada.
Un ejemplo de estas estadísticas incriminatorias es el comentario de
PETA [1], sacado de un estudio independiente
[2]:
"El 96% de las personas que practican el acto sexual con animales cometen a continuación crímenes contra humanos". Lo que no dice
PETA es que en el mismo estudio se afirma lo siguiente:
"Es
difícil decir qué actitud es normal en un estudio donde los 381
participantes involucrados son delincuentes juveniles... Es posible que
entre otras poblaciones... las actividades sexuales con animales sean
hechas por amor, necesidad de consuelo u otras causas. En otras
poblaciones, puede que no haya ninguna relación entre las prácticas
bestialistas y los crímenes contra humanos."
Perspectivas religiosas
La
mayoría de las religiones organizadas critican negativamente o condenan
la zoofilia y el bestialismo, con algunas excepciones.
- Teólogos judíos y cristianos citan los versículos 18:23 ("Y
no debes acostarte con bestias, haciéndote inmundo por ello, y tampoco
mujer alguna debe acostarse con bestias; es perversión") y 20:15-16 ("Cualquiera
que tenga cópula con bestia alguna, debe ser matado; y mataréis también
a la bestia. Y cuando una mujer se acerque y tenga cópula con cualquier
bestia, ambos deben ser matados; su sangre estará sobre ellos") del Levítico
para denunciar el bestialismo. Algunos teólogos (en especial
cristianos) extienden estos fragmentos, de forma que los pensamientos lujuriosos
sobre animales también son pecado. Por otra parte, muchos cristianos y
judíos no ortodoxos creen que las leyes del Levítico son exageradas o
irrelevantes. Algunos zoofílicos defienden que estos versículos
especifican que la postura sexual del misionero con animales está
prohibida, mientras que las otras no lo están.
- El Islam tiene diferentes posturas frente al bestialismo. Esto se debe a que ello no se menciona en el Corán, o a que el sexo y la sexualidad se trataban menos como tabú
en la sociedad musulmana que en la cristiana. Algunos musulmanes
afirman que el sexo con animales es detestable; otros, que a pesar de
ser condenable, se ha de tratar con cierta indulgencia, como el lesbianismo o la masturbación (Bouhdiba: La Sexualidad en el Islam, Capítulo 4). El libro Tahrirolvasyleh, en el que Ayatolá Ruhollah Jomeini aprueba el sexo con animales bajo unas ciertas condiciones.
- Hay diversas referencias en las escrituras hindúes de figuras religiosas teniendo relaciones sexuales con animales (por ejemplo, el dios Brahmā
copulando con un oso, o un sabio semihumano nacido de una madre
cierva). En el arte védico también hay evidencias de bestialismo (la
religión que la civilización védica ejercía es la precursora del hinduismo)
y de figuras de personas practicando sexo con animales entre las miles
de esculturas que describen "eventos de la vida" en el exterior del
templo de Khajuraho.
La doctrina hindú ortodoxa defiende que el sexo debería ser restringido
a permitirlo únicamente en parejas casadas, prohibiendo el bestialismo.
Practicar el zoosexo con vacas sagradas se castiga más fuertemente que
el zoosexo con otros animales.
- El budismo
trata las conductas sexuales según si éstas hacen daño a uno mismo o a
otros. Los consejos o amonestaciones en contra de una mala conducta
prohíben actos bestialistas, así como la pederastia, el adulterio, la violación o la prostitución.
Algunas conductas sexuales, incluyendo aquellas con animales, están
explícitamente prohibidas para los monjes y monjas budistas.
Perspectivas de los estudios del comportamiento animal
La
creencia extendida de que los animales son universalmente
heterosexuales y de que sólo se interesan en su propia especie es
científicamente imprecisa.
Etólogos tales como
Desmond Morris,
así como estudios formales, han documentado consistentemente
comportamientos homosexuales en cientos de especies animales,
aparentemente pudiendo elegir el sexo del compañero o en presencia del
sexo opuesto. También hay pruebas de parejas animales homosexuales,
crianza por parte de padres homosexuales, y comportamiento sexual
interespecie. Peter Singer describe el siguiente incidente atestiguado
por
Biruté Galdikas (notable etóloga, considerada por muchos como la mayor autoridad en el estudio de los
primates):
- "Mientras
andaba por el campamento con Galdika, un gran orangután macho embistió a
una auxiliar suya, siendo las intenciones del orangután claras (tenía
el pene erecto). Luchar contra el fuerte animal no era una opción, y por
tanto Galdika dijo a la mujer que se calmara, que el orangután no le
haría daño. Para mayor calma, le dijo que los orangutanes tienen un pene
muy pequeño. Mientras esto pasaba, el orangután perdió el interés antes
de penetrar a la persona. Aquello que más me sorprendió de este suceso
fue que a ojos de alguien que ha vivido gran parte de su vida junto a
orangutanes, que uno de ellos te vea como objeto de deseo sexual no es
sorprendente ni horroroso. La aparente violencia con la que el orantugán
se abalanzó fue, para Galdika, inquietante; pero el hecho de que fuera
el orangután quien iniciara el acto, no." [3]
Para más información, provisionalmente rediríjase al artículo de la Wikipedia en inglés sobre la sexualidad animal
[4].
Referencias en la cultura
La más conocida es la que hace referencia a la emperatriz
Teodora de
Bizancio, que se servía de animales en sus
bacanales.
En la obra
Las mil y una noches, se relatan dos escenas manifiestas de zoofilia.
En la mitología de la
Isla de Chiloé existe la leyenda del mítico perro
Trehuaco, criatura que mantiene relaciones sexuales con las mujeres.
En
Francia, en
1601,
Claudine de Culam, una joven de 16 años, fue ahorcada junto con su perro tras un juicio que la encontró culpable en el cargo de zoofilia.
En
1973, el dramaturgo Peter Shaffer escribió la obra Equus en la que uno
de los protagonistas es un adolescente que siente fascinación sexual y
religiosa por los caballos.
"Sleeping Dogs Lie" es una película
que se estrenó en 2006 en España, en que una mujer le hace una felación a
su perro. Tras esa acción, tendrá que a aprender a vivir con ese
secreto por miedo al rechazo de su familia, por el miedo a la soledad.
Actualidad

El
informe Kinsey realizado en
1950 indica que una población del 4% al 7% de
estadounidenses había tenido al menos un contacto sexual con un animal.
En
1969,
Linda Lovelace participó en el primer film comercial que presentaba escenas de zoofilia.
En
1973, Nancy Friday, en
My Secret Garden, aborda fantasmas femeninos acerca de zoofilia y declara que esta clase de relaciones son bastante frecuentes.
En
2001, Marjorie Knoller, abogada de
Los Ángeles,
fue investigada: su perro había matado a su vecina de 33 años. Las
averiguaciones condujeron al descubrimiento de fotografías de ella en
pleno acto sexual con su mascota, por lo que además fue procesada por
bestialismo.
En
2006, en una barriada en
Bhubaneswar (la capital de
Orissa), una muchacha se casó con un perro.
El 2 de julio de
2006, en el estado oriental indio de
Orissa,
una mujer enamorada de una serpiente se casó con el reptil en un
ceremonia tradicional hindú a la que asistieron 2.000 personas.

SUJETO FUE DETENIDO EN LOS MOMENTOS QUE MANTENIA RELACIONES SEXUALES CON UNA PERRA, EN PLENO CENTRO DE SAN FERNANDO.
Personal de carabineros de la Primera Comisaría de
San Fernando, recibió un llamado cerca de las 03:15 Hrs. de la
madrugada de parte de un taxista, el cual momentos antes había
observado a un individuo en la calle Manuel Rodríguez con Bernardo
O'higgins, en pleno centro de la ciudad, éste mantenía una perrita en un
rincón donde abusaba sexualmente de ella, el individuo al darse cuenta
que había sido observado, trasladó al animal en brazos a otro lugar.
Al
llegar a la calle Rancagua con Manuel Rodríguez nuevamente siguió
abusando de la perrita, rápidamente carabineros se trasladó al lugar
denunciado donde encontraron en forma infraganti a un individuo, el
cual mantenía relaciones sexuales con la perra , de inmediato se
procedió a la detención del individuo el cual fue identificado como
Laureano Antonio Sasso Segura de 48 años, domiciliado en la localidad de
Reñaca, Quinta Región.
Con estos antecedentes y
las evidencias de zoofilia, carabineros procedió a fijar el sitio del
suceso donde encontraron restos de semen en el lugar, papel higiénico,
etc... en tanto el individuo, fue trasladado a la unidad Policial donde
carabineros pudo establecer que anteriormente, en la Quinta Región,
había sido detenido por el mismo delito, además, se pudo establecer que
durante la noche, el sujeto habría visitado centros nocturnos como para
excitarse y luego con los instintos como un vulgar animal, buscó a la
perrita con la cual en dos oportunidades mantuvo relaciones sexuales, el
individuo fue trasladado al Tribunal de Garantía de San Fernando, por
el delito de zoofilia.
Grave caso de zoofilia: un hombre fue internado tras tener sexo con burro
Posteado por
nenetaro
Además, una mujer fue mordida por su perro mientras se hacía practicar sexo oral por parte del animal.
Un hombre se encontraba internado en grave estado tras haber
mantenido relaciones sexuales con un burro, en un curioso episodio
ocurrido en la localidad catamarqueña de Andalgalá…
El hecho no es el único de zoofilia que se conoció en la misma provincia,
ya que una mujer se encontraba internada en el mismo lugar, tras ser
mordida por su perro mientras se hacía practicar sexo oral por parte del
animal.
La mujer, oriunda de la localidad de Valle Viejo, reveló que no era el primer acto sexual que cometía con su mascota.
Fuentes del centro asistencial del Hospital San Juan Bautista de San
Fernando del Valle de Catamarca revelaron al diario El Ancasti que en el
primero de los casos, el hombre, de entre 40 y 50 años de edad, sufrió
graves lesiones en el ano, por lo que padecía graves problemas
fisiológicos. En las próximas horas, el paciente iba a ser intervenido
quirurgicamente para colocarle un ano contra natura.
Según se supo, cuando fue a atenderse al centro asistencial por las
serias lesiones en la región anal, el paciente indicó que era homosexual
y que había mantenido relaciones sexuales con varios hombres al mismo
tiempo, aunque finalmente confesó que, en realidad, había sido penetrado
por un burro.