La relación con mi ginecólogo siempre
había sido un poco especial, pues desde el principio me había dado cuenta que
le gustaba y atraía como mujer, si bien nunca me había insinuado nada al
respecto, pero eso es algo que las mujeres notamos enseguida en los hombres.
A mi él, _ mi ginecólogo, me parecía
un hombre interesante y tenía para mí, como sucede con todas las mujeres,
pienso, el atractivo de su timidez que te invita, y ello con independencia de
la relación de toda mujer con su doctor
de por si especial al ser un hombre que conoce todas nuestras intimidades, ante
el cual nos desnudamos periódicamente sometiéndonos a una exploración que es la
más íntima de todas.

Al llegar a la consulta sólo estaba
otra mujer delante de mí por lo que supuse que yo era la última de aquella
mañana.
Mientras esperaba a que llegara mi
turno se me ocurrió una idea para hacer que él venciera su timidez.
Al cabo de un tiempo de estar sola
esperando, pues la mujer que estaba antes que yo ya hacía rato que había
entrado, llegó la enfermera y me indicó que podía pasar…
Entré al consultorio y como siempre él se
levantó de su escritorio y se acercó a saludarme, dándome un beso tierno en la
mejilla, a continuación se volvió a sentar en el sillón detrás del escritorio y
yo en el de delante y comenzamos con lo típico, preguntándome cómo estaba, si
sentía alguna molestia, etc., una vez terminado con los preguntas preliminares, le dije:
“Doc. Fernando, además de la visita de
rutina, quería consultarte otra cosa"
-"Tú dirás" Keirys
"Pues verás, yo soy una chica
sexualmente muy activa, me encanta el sexo
y los juegos sexuales, soy muy
liberal en ese aspecto practicaba toda
serie de juegos sexuales con mi novio,
ahora bien mi pregunta es si ya no lo
hago con la misma frecuencia ni intensidad, y dejar de practicarlo regular
mente hablando, me puede perjudicar en algún sentido, teniendo en cuenta que mi
novio ya no está, debería practicarlo
con otros hombres….
Se levantó del sillón y mientras se acercaba a mí y se sentaba en otro sillón
que estaba a mi lado, me contestó:
"No
especialmente, quiero decir, pero el practicar sexo con desconocidos tiene de
por sí un riesgo.
En fin lo que me dices tiene un
riesgo, que supongo que conoces, en lo referente a enfermedades de transmisión
sexual.
- keirys al decir que eres muy intensa, ¿a qué te refieres exactamente?"
Mientras me iba contestando y
preguntando, observé que mi idea había dado resultado, primero por su mirada,
pues me observaba con un interés mucho más sexualmente abierto, que no había
empleado nunca antes y además, por el bulto que se iba formando en su
entrepierna.
" Fernando , ¿qué quieres que te
diga?. Cuando digo que soy muy intensa, quiero decir exactamente eso, que
soy muy activa, pero hablando claramente,
me gusta el sexo con quien me apetece en cada momento,
-
¿te queda claro?"
"Si, si, muy claro. Yo conozco a
amigos míos que se dedican a los intercambios de pareja, si quieres te los
presento"
"No, Doc. Fernando, no hace falta…. Ya pensare en algo.
Yo esperaba que al decirle lo anterior
se diera por enterado y tuviera alguna reacción,
-Lo que sucedió.
"Bueno, mira pasa a la sala y
vete desnudando para que te reconozca, mientras me lavo las manos"
Pasé a la sala como me había indicado,
me quité el vestido y la panty que llevaba, dejándome únicamente el brasier y colocándome la bata de paciente con
la abertura hacia el frente y me tumbé
en la camilla.
Cuando entró, se dirigió a la camilla,
sin sentarse, como otras veces y de pie delante de mí me agarró las manos y me
incorporó, hasta dejarme sentada
en la camilla, diciéndome:
"Desnúdate del todo". Con una
voz muy sensual.....
Sin decir nada, me quité la bata y el
brasier, a lo que él me ayudo, cuando estuve completamente desnuda, me abrazó fuerte,
tenía un aroma exquisito y provocativo y
al oído me dijo:
-
"¿Quieres que sea yo, el hombre
con quien deseas este hoy contigo?"
"Pues si Doc. Fernando, sí me
apetecería estar contigo, pues te conozco hace muchos años y, la verdad es que
cómo me has visto tú no me ha visto nadie más"
Por fin mi estratagema había dado
resultado. Me terminó de incorporar y ya de pie los dos me apretó contra si,
besándome en la boca, recorriendo con su lengua todo mi paladar y mi lengua, yo
sentía la dureza de su pene a través del
pantalón y sus manos recorrerme los pezones
y el pompis mientras la dureza de su pene se apretaba más y más contra mí y Pude
palpar su deseo de estar conmigo.. Dios mio, no lo podía creer…
Mi vagina empezó a fluir abundantes
jugos y empecé a sentir unos deseos locos de que me penetrase allí mismo sin
esperar más, el riesgo de que entrara la enfermera y nos viera en pleno Acto sexual me producía un morbo tremendo.
Mientras seguía tocándome las nalgas y
los senos, le empecé a desabrochar la bragueta y cuando pude sacar su
pene de la prisión que lo retenía, le
dije que se desnudara mientras me agachaba y me metí su travieso pene en la boca, subiendo y bajando con mi boca por
todo su recorrido y apretando entre el paladar y la lengua su capullo que a esas
alturas estaba rojo y duro como el diamante.
Mientras yo se lo chupaba, él se empezó a desnudar, quitándose la chaqueta
blanca, de médico que llevaba y cuando se desabrocho el pantalón, deje su pene
libre de mi boca y saliendo al despacho me tumbé en el sofá mientras le decía:
"Date prisa Fernando, que te estoy deseando"
Le contemplé cuando venía hacia mí, desnudo, con su pene duro
delante de él, mojándome todavía más al ver eso y saber que en pocos segundos
iba a estar dentro de mí, penetrándome, dándome placer. Una y otra vez mas…
Se tumbó sobre mí, y su pene me
penetró sin ningún problema ni espera, pues mi vagina estaba empapada de jugos
y abierta, esperándole y su miembro estaba también bien húmedo y lubricado de
mi saliva. Sentía su cosa dentro de mí, atravesándome, follándome, entrando
hasta el fondo de mí ser y saliendo casi hasta la entrada para volver a
hundirse en mis entrañas, en un vaivén maravilloso que me proporcionaba un
placer indescriptible.
Cuando empecé a gemir de gusto, su
labios, que hasta entonces se había dedicado a chupar uno de mis pezones, tapó
mi boca, mientras su lengua penetraba mi boca igual que su pene penetraba mi ser y su mano derecha me agarraba un seno acariciándomelo entre sus dedos.
Me corrí casi de sorpresa, el orgasmo me llegó sin avisar, intenso,
fuerte, haciendo que cerrara los músculos de mi vagina para retener el pene que me daba tanto placer, lo que
provocó su orgasmo que hizo que el mío se prolongara más al sentir su leche
derramarse dentro de mi, llenándome con su calor espeso.

Descansamos un poco uno en brazos del
otro y al levantarnos le dije que
siempre que viniera a su consulta podríamos repetir la experiencia de
hoy……
Me dijo Keirys, puede ser todos los días?
¡Creo que ya encontré lo que
buscaba!!!
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